Después del trigo, la sensibilidad o intolerancia a los lácteos es la más común. Ya sé, te encanta comerte un quesito, las tortas, la leche condensada y las medialunas. Pero la verdad es que si me preguntás, yo no dudaría en sacarlo de todas las dietas.
El problema, en relación a la inflamación, no es ni la grasa ni la lactosa sino una proteína llamada “caseína A1”, que para algunas personas, al igual que el gluten, estimula el sistema inmune y genera citocinas inflamatorias.
Te podés dar cuenta si tenés sensibilidad a la caseína, porque este mismo trastorno inmunológico también se manifiesta en adultos como alergia al polen, infección sinusal, infecciones en el pecho, eccema y asma. Y a nivel menstruación, se traduce en acné, dolor menstrual, síndrome premenstrual y menstruaciones intensas.
Una de las formas en las que la caseína afecta a tu período es contribuyendo con algo llamado “intolerancia a la histamina”. Reducir la cantidad de histamina puede ayudarte a mejorar considerablemente tus síntomas premenstruales, el dolor menstrual y las menstruaciones intensa. Para lograr esto es fundamental que reduzcas los lácteos de vaca, los alimentos fermentados y que tomes vitamina B6.
Si te preocupa el tema del calcio, te cuento que podés sacar calcio de un montón de otros alimentos como las almendras o los vegetales de hojas verdes. De verdad, no es un tema para que te preocupes.
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