Si nos guiamos por la Asociación Norteamericana de Diabetes (o por los indicadores que viste en tu último estudio), vas a encontrar que se considera como un valor normal tener una glucosa en ayunas entre 60 y 100 mg/dL, por encima estamos hablando de prediabletes y más allá de 126 mg/dL de diabetes.
Sin embargo muchos estudios muestran que lo que se considera normal no es lo mismo que lo óptimo. En este sentido entendemos como óptima a la glucosa en ayunas que se encuentra entre 72 y 85 mg/dL.
Ahora bien, más allá de que nuestra glucosa en ayunas pudiera estar en rangos correctos u óptimos, hay otro indicador a tener en cuenta para observar nuestra salud: cuántos picos de glucosa experimentamos a diario.
Los picos son los aumentos y descensos extremos de la concentración de glucosa luego de comer y la verdad es que con el correr del tiempo, si no se evitan puede ser muy peligrosos. Pero, ¿por qué?
Nuestras células solo pueden quemar la cantidad de glucosa que necesitan para tener energía. Esto quiere decir que cuando experimentamos un pico, le entregamos glucosa a las células de una manera demasiado rápida. Quiero que me entiendas, el problema no es la glucosa sino la cantidad que le entregamos a la célula en relación con el tiempo. Si hay demasiada glucosa disponible a la vez, empiezan los problemas.
Cuando nuestras células se ahogan en glucosa, nuestras moléculas segregan radicales libres que se encargan de romper todo lo que tienen alrededor. Básicamente se rompen porque sí, modifican el código genético de las células creando mutaciones y genes nocivos, agujerean membranas, etc.
Normalmente vivimos con una cantidad moderada de radicales libres, pero cuando la carga es excesiva y de manera repetida, el cuerpo entra en un estado de estrés oxidativo.
Con el paso del tiempo las células se siguen deteriorando derivando en una disfunción de los órganos que nos game sentir sumamente cansadas y sin energía.
Para vivir más tiempo, y sobre todo vivir una vida saludable, es fundamental que eliminemos el exceso de glucosa (no la glucosa!) lo más rápido posible y para eso hay dos vías: Intentar no generar excesos (picos) y/o ser más efectivas en la eliminación.
¿Cómo? Bueno, esa es la cuestión. Voy a seguir con este tema pero para eso necesito explicarte otros conceptos que también son complejos. Así que hoy vamos hasta acá.
Próximamente masterclass sobre este tema, atenta!!!
Te mando un beso glucosa free,
Jorgelina.

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