A lxs ginecoloxs les encantan los anticonceptivos hormonales (pastillas, parches, inyecciones) porque los encuentran una solución práctica y funcional para casi todos los problemas del ciclo femenino. ¿Ausencia de sangrado?, ¿dolor menstrual?, ¿acné?, ¿SOP?, ¿endometriosis? La respuesta es siempre la misma: anticonceptivos hormonales.
Estamos frente a una solución fácil y predecible. Realmente no se dan una idea de cuántas chicas me escriben con problemas de este tipo que han recibido el mismo tratamiento. Sin embargo estos anticonceptivos, sean en la forma que los tomes, son simplemente parches que no sanan nada y pueden ser un verdadero dolor de cabeza a la hora de dejarlos.
Las píldoras, lejos de ayudarte a regular la función de tus hormonas, las desactivan por completo. De esta manera, si por alguna razón venías sin tener un ciclo menstrual completo (con ovulación y sangrado), estas pastillas podrían parecer un alivio y tener un efecto tranquilizado porque finalmente vas a ver la sangre que estabas esperando.
Pero la verdad es esta, la sangre que estás viendo, no es la sangre de una verdadera menstruación. La menstruación es el cierre a todo un ciclo que, entre otras cosas pasó por un proceso de ovulación. Es una señal que tiene tu cuerpo para contarte que tus ovarios están sanos y funcionan (junto con tu regulación hormonal) de una manera óptima.
El sangrado que provoca la píldora no significa lo mismo porque no proviene de una ovulación. Todo lo contrario. La píldora funciona inhibiendo la ovulación y el sangrado que ves es un sangrado que se da cuando las hormonas sintéticas que le estás administrando a tu cuerpo disminuyen en su cantidad (píldoras blancas).
Te lo digo de otra manera, cuando tomás píldoras anticonceptivas, no tenés hormonas sexuales producidas por tu cuerpo, en cambio tenés hormonas sintéticas que vienen desde afuera y que funcionan como una especie de “reemplazo hormonal”.
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