Hablemos del sangrado intermenstrual. Ese que claramente no es tu menstruación porque es “demasiado pronto” y “demasiado poco”, pero es sangre y está ahí. Hoy en esta publicación quiero contarte algunas de las muchas razones que hay para que esto suceda.
Sangrado por ovulación.
Es un sangrado típicamente rojo y que ocurre aproximadamente a la mitad de tu ciclo. Puede venir acompañado de un dolor (que puede durar algunas horas o días). En este caso se trata del óvulo desprendiéndose del ovario. Es normal y no requiere tratamiento.
Sangrado premenstrual.
Suele ser de un color un poco más oscuro. Normalmente se debe a que la cantidad de progesterona generada no es la óptima y eso se traduce en la dificultad para sostener el revestimiento del útero. Otra razón para este tipo de sangrado puede ser un problema en la tiroides.
Por último, los sangrados irregulares pueden significar que tienes ciclos anovulatorios (como es el caso del SOP).
Dentro de las “otras razones” podemos encontrar gestación, infecciones, endometriosis, DIU, quistes ováricos o pólipos uterinos.
La clave aquí es que sepas se se trata de un síntoma nuevo o si ese sangrado viene con coagulación o dolor, si es así entonces lo mejor que puedes hacer es consultar a tu médicx.
