Refresquemos algo fundamental: todas tus células necesitan energía para mantenerse vivas y la glucosa es la fuente principal de esa energía. Así que hoy te quiero explicar en dónde la encontramos y cómo se compone.
El primer asunto que me gustaría que entiendas es que como humanos no generamos nuestra propia glucosa (las plantas sí lo hacen), sino que la manera más habitual que tenemos de conseguirla es a través de nuestros alimentos.
La glucosa entra a nuestro cuerpo principalmente de tres maneras: como almidón, azúcar y/o fibra. Básicamente estos tres grupos están dentro de lo que se conoce como hidratos de carbono (carbohidratos) y quiero hacer un espacial hincapié en que aquello que llamamos “Azúcar” está integrado tanto por glucosa, como por sacarosa y fructosa, que son otras formas que toma la glucosa.
Estos tres grandes grupos se encuentran presente de manera diferente en los distintos alimentos. Por ejemplo el brócoli tiene mucha fibra y poco almidón, mientras que las papas tienen mucho almidón y poca fibra y los duraznos tienen principalmente azúcares y un poco de fibra. Y así podría seguir.
La naturaleza tenía previsto que cada vez que consumiéramos azúcares, lo hiciéramos acompañado de otras formas de glucosa, como por ejemplo la fibra. Pero lo cierto es que la industria alimenticia moderna ha creado (y modificado) los alimentos para volverlos pura azúcar.
Y este es el centro del problema de la salud hoy en día. El consumo de alimentos procesados y modificados provocan picos de glucosa porque ésta se encuentra disponible de manera muy rápida para el cuerpo y básicamente ahogan a nuestras células.
Está bueno que también sepas que si bien nosotros como seres humanos no podemos crear glucosa de la nada, sí podemos crear glucosa con otros alimentos que comemos, como las proteínas y las grasas (y esta es la explicación de la dieta keto!).
Ahora que ya sabés qué es la glucosa y de dónde la sacamos, estamos más cerca de que pueda explicarte cómo aplanar los picos de glucosa.
Una vez más… esta publicación continuará!
Un abrazo rico en fibra,
Jorgelina.
