Esta publicación va dedicada a todas las que día a día me escriben preguntándome por miomas/fibromas y adenomiosis.
Hablemos un poco de qué va cada una y cuáles son las diferencias. Prometo más publicaciones con opciones naturales para encarar cada una de estas patologías.
Empecemos por los miomas, también conocidos como fibromas. En este caso se trata de un crecimiento benigno del músculo uterino y se podría decir que son “comunes” después de los 35 años. Casi todas las mujeres tenemos uno o dos fibromas pequeños que no suelen presentar síntomas.
Usualmente los fibromas y el sangrado abundante se presentan juntos porque están relacionados con la misma causa, el exceso de estrógeno en el cuerpo, pero una no es la causa de la otra. Sin embargo el dolor y las molestias pélvicas, además de micciones frecuentes pueden ser síntomas de esta patología.
Cualquier cosa que aumente el estrógeno en tu cuerpo aumenta tu riesgo de tener fibromas, con lo cual una de las cosas más importante es controlar el estrógeno y la correcta desintoxicación de él.
La adenomiosis por su lado es un tipo diferente de crecimiento anormal de la pared uterina y normalmente se los suele confundir con miomas. ¡Por favor buscá un diagnóstico lo más preciso posible porque la manera de tratar cada patología es diferente!
En este caso, el crecimiento no se da por razones musculares sino que se trata de trozos de revestimiento uterino que crecieron en el músculo uterino. En este sentido la adenomiosis es bastante parecida a la endometriosis.
Entre los síntomas encontramos distensión abdominal, dolor pélvico y menstruaciones muy intensas. Normalmente también se presenta después de los 35 años.
En este caso, para controlarla lo que vamos a buscar a nivel natural es reducir la inflamación del cuerpo evitando, entre otras cosas, los lácteos.
¡No está de más que sepas que ambas patologías se van a reducir con la menopausia!
Espero que esta info te sirva para seguir entendiendo tu cuerpo.
Te abrazo!
Jorgelina.
