Estamos tan acostumbradas a vivir con nuestros síntomas que no nos damos cuenta de que el dolor o el malestar no son normalizables o aceptables.
“La menstruación me mata el primer día, pero después ya me duele normal”, “estoy yendo al baño con regularidad, cada dos o tres días”, “arranco bien pero al final del día tengo el vientre hinchado, parezco un globo”, “sufro de migrañas”, “muchas veces me duele al tener relaciones sexuales”.
Estos síntomas son tan “normales” que pasan inadvertidos y por lo tanto no les damos el espacio para sanar. El otro día una chica me escribió para decirme que ella no sentía ningún tipo de dolor cuando le venía su menstruación y quería saber si eso era normal. Es tan normal escuchar que duele, que si no te duele entonces por ahí el problema lo tenés vos. ¡Eso es una locura!
Ya te lo dije varias veces pero te lo repito una más. Tenés derecho a vivir una vida sin dolor, una menstruación sana y saludable, en donde tu aparato digestivo funcione a diario y elimine las toxinas que generás durante el día, sin hincharte ni inflamarte. Una vida en donde no te duela la cabeza y tener relaciones sexuales que no te lastime.
Todas estas señales que no estabas viendo, son señales que te manda tu cuerpo para pedirte que cambies algo. Tal vez tu alimentación, tal vez tu falta de ejercicio, que te tomes la vida con mayor tranquilidad, que respetes tu propio tiempo. Cada síntoma tiene su razón y si no los escuchás, tu cuerpo te va a mandar señales cada vez más fuertes (enfermedades) que te van a obligar a llevar tu atención allí adonde debe estar.
Escuchate todos los días y vas a ver cómo el dolor o el malestar dejan de ser parte de tu vida. No lo normalices. No te lo merecés.
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