Nuestro cuerpo tiene la misma sabiduría que el universo y la naturaleza. Si vemos nuestro ciclo menstural vamos a entender cómo, al igual que la luna, tenemos diferentes fases que nos conectan con saberes muy intuitivos y genuinos.
Habrá sido el miedo de generaciones y generaciones que nos ha hecho creer que teníamos que desestimar ese poder y entenderlo como una molestia. Aprendimos a silenciarnos para seguir haciendo, para volvernos “estables”, para evitar aquello que está en todas las cosas maravillosas de este mundo.
¡Como si se pudiera ser la misma persona todos los días! Como si eso fuese bueno. Entonces cuando nuestro cuerpo nos pidió descanso, le dijimos que teníamos que seguir haciendo. Cuando nos dijo que no era por ahí, le dimos más de lo que no quería. Y cuando nos dió señales para cambiar, simplemente no tuvimos tiempo para atenderlas. Poco a poco nos fuimos alejando, entrando en el patrón. Disculpándonos porque “nos está por venir” o “estamos en esos días”.
Nuestro ciclo, igual que todos los ciclos de la naturaleza es hermoso y profundo. Mes a mes pasamos por momentos de productividad, de creatividad, de conexión con los otros, para poco a poco ir entrando en fases más reflexivas, interiores, intuitivas. De afuera hacia adentro, una y otra vez. De los otrxs a nosotras. De salir a entrar. De producir a reflexionar. Te invito a que mires este gráfico y te enamores de la sabiduría que hay en ti. Porque basta con que lo veas, para que puedas trabajar en todo el potencial que te habita 💚
